Espera... ¿salir a correr no implica ser corredor? Como podrás intuir, no.
Lo que vas a leer en este artículo tiene una alta carga de valor que podrás aplicar en la cena de nochebuena contándoselo a tu cuñado. O en el bar con esos amigos que dicen que son corredores por calzarse las zapatillas en verano y subir un par de fotos a Instagram con la gorra de Ballantines.
Vale. Pasemos al turrón.
Dos historias para entender la diferencia entre salir a correr y un runner
Para que entiendas la diferencia entre lo que es ser un corredor y salir a correr, te voy a contar dos entrenamientos que hice en días consecutivos.
Un día lluvioso cualquiera
Hace unas semanas tenía intención de salir a correr por el camino de siempre. Normalmente está lleno de runners, pero el día anterior un tal Maldonado (póngase aquí el nombre del señor del tiempo) auguraba intensas lluvias sobre la ciudad. Su predicción se cumplió desde primera hora de la mañana. Una intensa lluvia golpeaba en los parabrisas de los coches en el atasco mañanero.
Por la tarde, las lluvias aflojaron un poco, pero el paraguas seguía siendo necesario para salir a tomar café.
Cuando cayó la noche y como cada día, me calcé mis Pegasus, un chubasquero y salí a correr. La tirada prevista era de 15km, como cada rodaje entre semana, pero eso a las nubes les daba igual.
Encaré el bulevar que conecta con el único camino alumbrado por farolas de la ciudad y me dejé caer por la primera bajada de aquel camino. Estaba lleno de charcos que tenía que ir sorteando a cada zancada, pero no era impedimento para empezar a meter kilómetros en el Garmin.
Ese camino, como hemos dicho más arriba, está lleno de gente que sale a correr cuando el clima acompaña, pero ese día mis Pegasus eran las únicas que dejaban huellas en su mojada tierra.
Hora y cuarto después de salir de casa, por fin pude dar al STOP de mi GPS. 15,36 km. Un entrenamiento más que subir a Strava. Un día más que me tomé una cerveza tras completar mi rodaje. Al fin y al cabo, un día cualquiera.
Lo que sucedió al día siguiente
El siguiente día amaneció despejado. Un día de los que los runners conocemos como "perfectos para correr". Sol, buena temperatura (12 - 14 grados) y unas condiciones envidiables para calzarse unas zapatillas.
Estaba en casa escribiendo algún post para
veryimportantrunner.com y volvió a anochecer. Como cada día, me puse el traje de faena y volví a buscar el único camino iluminado a esas horas.
Bajé la cuesta, levanté la vista y observé como un grupo de 4 corredores corría en dirección contraria a mis pasos. Acto seguido otro corredor me adelantó por la izquierda como si se le estuviera quemando una pizza que hubiera metido en el horno.
A los 200 metros me encontré con Luis, un antiguo compañero de club, quien se dio la vuelta para poder hacer el rodaje juntos. Luis siempre ha sido un corredor de los de antaño: se cuidaba, era elegante al correr y no se saltaba ningún entrenamiento.
Sin embargo, todo cambió para él dos años atrás cuando le operaron del menisco de la rodilla izquierda por una caída tonta que tuvo entrenando en la montaña.
Durante la conversación que mantuvimos en la hora y pico de rodaje, me comentaba que desde la lesión apenas salía 2 o 3 días por semana como mucho a diferencia de los 6 días que metía semanales cuando andaba rondando los 35 minutos en 10K.
Entre tanto, le comenté que el día anterior iba por aquel camino sólo con el aguacero que estaba cayendo.
—
Estás loco - me dijo.
—
Hace mucho tiempo que no hago esas cosas - remató.
Afirmé con media sonrisa y continuamos nuestro entrenamiento hasta que nos despedimos en el mismo punto donde nos encontramos.
¿Qué diferencia hay entre un corredor y salir a correr?
Las dos historias anteriores, nos vienen muy bien para determinar qué diferencia hay entre un corredor y salir a correr. Entender la diferencia es muy sencillo.
Luis a raíz de la lesión, sin saberlo, se convirtió en una persona que sale a correr. Sí, al igual que aquel chico al que se le quemaba la pizza.
Y ojo, que esto no es malo.
Pero ser corredor es otra cosa. Un runner ha hecho suyo el hábito de salir a correr. Lo ha incluido en su día a día. No importa que llueve, nieve, haga frío o incluso calor. Sale a correr porque lo ha incluido en su identidad y no se cuestiona salir a correr por situaciones que no puede controlar.
¿Qué tipos de runners entrenan cada día?
Si has entendido lo anterior, no está de más que sepas el tipo de runners que nos encontramos cada día por los caminos. Atento que aquí es dónde está la diferencia entre unos y otros.
Hay tres niveles: los que corren con un objetivo, los que corren por sistema y los que han hecho el running una forma de vida.
Corredores con un objetivo
Esta clase de corredores son los que tienen un objetivo en mente. Tras conseguir ese objetivo (o fracasar), dejan de practicar el running una temporada. Te pongo unos ejemplos para que lo entiendas mejor:
- Una persona que ha hecho una promesa de correr un maratón y al cruzar la línea de meta no se vuelve a poner las zapatillas.
- Un opositor, que tras aprobar sus pruebas para Policía Nacional, se despreocupa de volver a correr.
Corredores que salen a correr por sistema
Los corredores que salen a correr por sistema, lo hacen para conseguir un objetivo, pero sin haberlo integrado en su identidad como persona. Aquí tengo muy claro el ejemplo que te voy a poner: salir a correr todos los días excepto cuando llueve o hay temperaturas bajo cero.
Practicar el running un día de lluvia no va a hacer que el resultado del objetivo (por ejemplo un maratón) se altere y el corredor prefiere quedarse en casa en lugar de llegar como un cristo tras hora y media de entrenamiento.
Corredores que han incluido el running en su identidad
Esta es la capa más difícil de conseguir: adaptar el running a tu identidad. Llegar a ser una persona que, independientemente de los fenómenos que surjan a tu alrededor (salvo fuerzas mayores, obviamente), salga a correr.
Si eres una persona que ha salido a correr nevando, lloviendo o granizando... eres un corredor.
Conclusión
Siguiendo con la historia que he comentado, Luis era un corredor. No se saltaba ningún entrenamiento. Tenía el running insertado en su identidad, al lado del número del DNI.
Sin embargo a raíz de su lesión dejó de ser un corredor para convertirse en una persona que salía a correr por sistema. Ya no salía los días de lluvia. Prefería quedarse en casa viendo Netflix que rodar una hora con el aguacero que estaba cayendo.
Ojo y continuó con el disclaimer. Cada uno elige la forma en qué utiliza el running. Aquí simplemente estamos viendo la diferencia entre lo que es ser un corredor y salir a correr.