Conseguir tu objetivo es una de las cosas más placenteras en el mundo del running.
Acabar un maratón, bajar de los 40 minutos en 10.000, hacer 1h25 en media maratón,…
Es llegar al orgasmo deportivo.
Pero no nos engañemos.
Aunque no lo creas, alcanzar tu meta puede poner barreras a tu carrera deportiva.
Tras la merecida celebración con un cubo de cerveza y una botella de pacharán nos empiezan a surgir las dudas.
Es el peligro de ponerte un objetivo.
Pero, por suerte, la solución a todas tus dudas (sean cual sean), las tiene un chico de 13 años.
Seguro que le conoces.
Rafa Nadal, se ha convertido en uno de los mejores tenistas de todos los tiempos.
Y posiblemente en el mejor deportista español de la historia.
A su innegable calidad se le une la potencia física que ha trabajado en silencio.
Pero esto no es todo.
Su cabeza está por encima de cualquier tenista situado en el ranking ATP.
En muchos partidos se ha sepultado a Rafa.
¿Recuerdas la final del Open de Australia con Medvedev? Iba perdiendo 6-2 7-6 3-2 40-0*.
Si no sabes leer el resultado, te lo traduzco.
Es como si un corredor le saca 1 minuto a falta de un kilómetro al segundo clasificado.
Y ahí estaban sus cojones.
Y su cabeza, claro.
Y le dió la vuelta al marcador.
Y ganó.
La actitud de Rafa y su psicología privilegiada viene de joven.
Verás.
Cuando aún era un mozo, en el año 2.000, disputó la final del torneo francés Le Petit As. Este torneo viene a ser como el Wimbledon para niños de entre 12 y 14 años.
Tras vencer en 2 sets a un desconocido Julien Gely, el bueno de Rafa, respondió a una pregunta que se ha hecho viral tras más de dos décadas.
Imagínate con 13 años responder esto.
Mientras otros niños de su edad estaban jugando con los Airgam Boys en la calle, Rafa ganaba el mejor torneo infantil de tenis y sabía que su llegada a la élite mundial pasaba por la constancia y no por ganar un torneo.
Aquí te dejo el vídeo.
Como venimos diciendo en nuestra blog, la constancia es más importante que conseguir un objetivo.
Ahora no lo decimos nosotros solo.
También lo dice el mejor deportista español de todos los tiempos.