El rendimiento deportivo de cualquier corredor irá vinculado a su estado de ánimo, a la confianza que tenga en sí mismo en cada momento. Como es lógico, esta situación será muy oscilante, y puede variar de forma considerable de un día para otro. Pero si somos capaces de analizar esta situación desde otra perspectiva, también hay que destacar todo lo positivo que nos puede aportar un buen tiempo en una carrera o las sensaciones tan agradables que nos aporta correr unos cuantos kilómetros sin apenas apreciar el agotamiento.
Es lógico que en algún momento sintamos una pérdida de confianza en nosotros mismos, sobre todo cuando a la hora de entrenar no conseguimos los objetivos que nos propone un plan de entrenamiento o nuestra cabeza no se siente con la suficiente fortaleza para resistir el esfuerzo.
Se trata, en definitiva de un problema de psicología, que no es exclusivo de los aficionados, ya que se repiten con demasiada frecuencia entre los atletas profesionales. Ellos están sometidos a una mayor presión, a la necesidad de alcanzar el éxito con más rapidez, principalmente porque es su modo de vida y de ello depende que consigan patrocinios, becas o invitaciones a competiciones.
Es común dudar de nuestras habilidades, sobre todo cuando no se consiguen los resultados deseados y las sensaciones no son las esperadas. Pero está más que comprobado a través de diferentes estudios que las personas que creen en sí mismas, que se muestran seguras, suelen ser más eficaces y tienen más facilidades para conseguir su objetivo deportivo
El runner que confía plenamente en su capacidad puede llegar a conseguir su mayor punto de rendimiento bajo presión, siendo capaz de combatir los pensamientos negativos que puedan surgir durante una prueba de atletismo o una sesión preparatoria.
Durante un momento habría que ponerse en la piel de un corredor profesional. Antes de tomar la salida en una competición como pueden ser unos Juegos Olímpicos o un Campeonato del Mundo. Millones de personas pueden estar pendientes de él. Después de años de entrenamiento, de preparar a conciencia esa cita, tiene la posibilidad de que la ansiedad se apodera de él a través de un pensamiento negativo, con todos los errores que puede llegar a cometer, o centrarse en hacer la carrera lo mejor posible, visualizando solo lo más agradable.
La mayoría de ellos solo tienen en mente alcanzar sus metas, ya sea ganar la carrera o registrar una determinada marca. Descartan por completo problemas físicos o de rendimiento durante la misma. Es algo que no contemplan en ningún instante.
Pero para llegar a este punto se precisan de muchos años de entrenamiento, de ejercitar la mente, y prepararse al máximo para afrontar los desafíos que se nos planteen.
Todos los corredores atraviesan por esa fase de dudas. Desde el principiante que sospecha que le van a doler muchas las piernas o que aprecia lo mucho que le cuesta respirar, hasta el experimentado atleta con una buena forma física que se ve agobiado por la inseguridad y por unos pensamientos adversos.
La técnica que emplean para ganar en confianza suele basarse en la visualización. Les hace ser más fuertes ante cualquier batalla mental y conseguir que su rendimiento deportivo no se vea mermado.
La visualización es una técnica muy empleada por los deportistas para llegar a alcanzar sus metas. Consiste en una preparación mental y física que nos llevará a creer en lo que deseamos que ocurra. Esa visualización tan optimista hará que puedas triunfar con más facilidad y se incremente tu confianza.
Para ello hay que marcarse un objetivo en el que pondremos todo nuestro empeño. Si te correr un maratón, debes pensar que vas a finalizarla y visualizarte cruzando la línea de meta. Piensa en todos los detalles y sitúate en la escena de la competición para hacerla lo más real posible. Imagina como serán los momentos previos, la llegada a la zona de la carrera, el calentamiento, cómo transcurrirá la prueba y la satisfacción de cruzar la meta con buenas sensaciones.
Este trabajo requiere de mucha constancia. Al igual que entrenamos para mejorar nuestro rendimiento en el running, también habría que dedicarle un espacio a esta labor de visualización. Puedes hacerlo a cualquier hora del día, antes de acostarte, en el desayuno, en el periodo de descanso o incluso cuando te enfrentas a un entrenamiento de resistencia. Es importante que tanto el cuerpo como la mente se familiaricen con esos pensamientos.
Todos estos consejos te convertirán en un corredor más fuerte, capaz de superar cualquier obstáculo que te encuentres en cualquier carrera, pero también en el día a día. Eso sí, para alcanzar ese grado de madurez que te permita asumir estos cambios hay que tener mucha paciencia y trabajo duro. No solo basta con ser optimista.
Busca una motivación que te permita fijarte una serie de objetivos a largo plazo. Recuerda que todo propósito requiere de un tiempo, y más que un sprint nos encontramos ante un maratón por la exigencia. Los resultados llegarán, pero siempre si se tienen constancia.
Toda persona en sus comienzos aprecia problemas de respiración, de agobio por querer hacer más de lo que en realidad puede. Pero en ocasiones hay que escuchar también al cuerpo y exigirle únicamente lo que tenga capacidad de proporcionarnos. Los cambios que vayamos introduciendo deben ser progresivos, para que sean asimilados correctamente.
Además de la regularidad en las sesiones preparatorias de running, también son muy importantes otros detalles que suelen pasar desapercibidos como la alimentación, el descanso o la recuperación.
Como acabamos de comprobar hay una relación muy evidente entre el rendimiento y el estado de ánimo, pero también disponer de mucha confianza nos ayudará a afrontar con mayores garantías cualquier carrera.